Los geranios necesitan un riego regular, especialmente en los meses más calurosos. Es importante no exceder con el agua, ya que esto puede causar la putrefacción de las raíces. En general, se recomienda regar los geranios cada 2-3 días, dependiendo de la humedad del suelo y del clima. Durante los meses más fríos, el riego puede ser menos frecuente, pero es crucial mantener el suelo húmedo para evitar que las raíces se sequen.
Si los geranios se secan, es importante actuar rápidamente para evitar que se marchiten. Primero, es necesario regarlos abundantemente para humedecer el suelo. Luego, es recomendable colocarlos en un lugar con mayor humedad, como una habitación con aire acondicionado o una zona con mayor humedad relativa. Si la planta está muy seca, puede ser necesario reemplazar la tierra y fertilizarla con un abono rico en nutrientes.
La poda de los geranios es crucial para mantenerlos saludables y bonitos. La poda debe realizarse en primavera, cuando los geranios empiezan a florecer. Se recomienda cortar las ramas muertas o quebradas, y también eliminar las flores que ya han florecido para que la planta no pierda energía en la producción de semillas. La poda también ayuda a que la planta se concentre en la producción de nuevas flores.
Los geranios necesitan una maceta con buen drenaje para evitar que el agua se acumule en el suelo. Es recomendable utilizar macetas de cerámica o de plástico con orificios en la base para que el agua pueda escurrir. La maceta debe ser lo suficientemente grande para que la raíz del geranio tenga espacio para crecer, pero no tan grande que el agua se acumule en exceso.
Los geranios necesitan un abono rico en nutrientes para mantenerse saludables y floridos. Es recomendable utilizar un abono orgánico como el compost o el abono de lombriz, que proporcionan nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio. También se puede utilizar un abono especializado para geranios, que contiene los nutrientes específicos que necesitan estas plantas.
Los geranios se pueden propagar mediante esquejes. Para hacerlo, se deben cortar ramas de la planta madre y colocarlas en un recipiente con agua. Luego, se deben cubrir con una bolsa de plástico para mantener la humedad y se deben colocar en un lugar con luz indirecta. En aproximadamente 2-3 semanas, las raíces del esqueje deberán haber crecido lo suficiente para que se pueda trasplantar a una maceta.
Los geranios son vulnerables a diversas enfermedades, como la pudrición de las raíces, el mildiu y la mancha de bacterias. La pudrición de las raíces se puede prevenir con un riego adecuado y la eliminación de las raíces muertas. El mildiu se puede tratar con fungicidas y la mancha de bacterias se puede tratar con antibióticos para plantas.
Aunque los geranios no necesitan luz directa del sol, pueden soportarla en ciertas condiciones. Es importante protegerlos de la luz directa del sol durante las horas más calurosas del día, ya que esto puede causar que se sequen y marchiten. En general, es mejor colocarlos en un lugar con sombra parcial para evitar que se sequen.
Los geranios se pueden trasplantar en cualquier momento del año, pero es mejor hacerlo en primavera o otoño. Para trasplantarlos, se debe sacar la planta de la maceta y se debe colocar en una nueva maceta con tierra fresca y un abono rico en nutrientes. Es importante no dañar las raíces al trasplantar, ya que esto puede causar que la planta se marchite.
Los geranios son una de las plantas más populares en floristerías debido a su belleza y facilidad de cultivo. Sin embargo, para mantenerlos saludables y hermosos, es crucial conocer los cuidados básicos que requieren. Desde el riego y la poda hasta el tipo de maceta y el abono adecuado, hay varios aspectos que se deben considerar para que los geranios florezcan y crezcan de manera saludable. En resumen, los geranios necesitan un riego regular, poda en primavera, maceta con buen drenaje, abono rico en nutrientes, propagación mediante esquejes, y protección del sol y del frío.