¿Qué cuidados necesitan las orquídeas?
Hermosas, llamativas pero también muy delicadas: así son las orquídeas, unas preciosas flores que necesitan de unos cuidados muy específicos para mantenerse en perfecto estado. Estos cuidados se basan en tres aspectos fundamentales: la luz, la temperatura ambiental y la humedad.
Existen numerosas especies aunque la más comercial y la que suele proliferar más en los hogares es la llamada Phalaenopsis, conocida también como ‘orquídea de mariposa’. Y es muy habitual que, cuando esta planta pierde sus bellas flores, se la dé por perdida, pero nada más lejos; te contamos cómo cuidar tu orquídea para que vuelva a brillar.
Cómo cuidar las orquídeas
Las orquídeas aman los ambientes luminosos, pero no el sol directo. Además, como buena planta tropical, necesita humedad ambiental. Una buena forma de saber si necesita riego es observar el sustrato a través de una maceta transparente.
Este es tan solo el prólogo de todos los cuidados que necesita una orquídea. Pero no te preocupes: te los resumimos a continuación.
Déjala en una maceta transparente
Cuando compras una orquídea, lo más habitual es que se encuentre en una maceta de plástico transparente. Esto tiene su razón de ser: por un lado, permite controlar el estado de sus raíces y su buena salud; por otro, permite que acceda a ellas la luz del sol para que consigan los nutrientes que necesitan.
Por lo tanto, no hay que cometer el error de trasplantarla a una maceta convencional: lo mejor es mantener la orquídea en una maceta transparente, ya sea de plástico o de cristal.
Utiliza cortezas como sustrato
La orquídea es una planta epifita: en su hábitat natural, crece sobre otras plantas y árboles con la ayuda de sus raíces. Por lo tanto, es recomendable conservar la orquídea en un entorno con condiciones similares.
La mejor opción es utilizar dentro de la maceta pedazos de cortezas de pino como sustrato, que dejan más espacio a las raíces para desarrollarse y, además, absorben el exceso de humedad evitando que la planta se encharque. Como buena planta tropical necesita de la humedad ambiental pero sin un sustrato mojado.
Dale mucha claridad, pero poco sol directo
La orquídea adora los ambientes luminosos, pero no el sol directo. Cuanta más luz tenga el espacio donde se coloque, más probabilidades tendrá de florecer en su siguiente periodo activo, por lo que lo ideal es colocarla cerca de una ventana o cristalera donde reciba el mayor número de horas de luz al día.
Ofrécele la humedad adecuada
La orquídea necesita de una alta humedad ambiental, pero no excederse con el riego del sustrato. Por lo tanto, en invierno, si se vive en un clima húmedo, lo mejor es regarla poco; si el clima es seco, bastará con una vez por semana.
La humedad ideal que necesitan estas plantas oscila entre el 40 y el 70% por lo que en ambientes realmente secos un buen remedio puede ser el de pulverizar agua sobre sus hojas y tallos.
Una buena forma de saber si la orquídea necesita riego es observar el sustrato a través de la maceta transparente: si se encuentra seco, se puede echar agua eliminando la que quede en el plato o recipiente exterior una vez que ésta se drene por los agujeros de la maceta.
Utiliza un abono específico
El abono es imprescindible si se busca una nueva floración de la orquídea. En el mercado existen abonos específicos para esta planta que se pueden añadir al agua del riego según las indicaciones del fabricante. Lo ideal es hacerlo coincidir con la etapa de crecimiento de la planta y descansar en la época de letargo.
Estimula la floración con el contraste de temperatura
En las semanas previas a la llegada de la primavera, que es la época habitual para la floración de la orquídea, los expertos recomiendan aplicar a la planta un contraste término para estimular la floración. La temperatura no debería bajar de los 10 grados mientras que la alta nunca debería exceder de los 30 grados.
Una manera de conseguirlo es abriendo una ventana cercana a la planta por las noches o colocándola en la zona más fresca de la casa. Mientras que durante el día se la devolverá a su lugar habitual para que absorba luz y calor. Con estas oscilaciones de temperatura se recrea de alguna forma las condiciones que experimentan en su hábitat natural.
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